Cómo cultivar acelgas
Verde que te quiero verde
A pesar de esos vagos recuerdos de la infancia, donde las acelgas junto a las espinacas eran víctimas de rebeldías y pataleos de “no me gustan” por parte de los niños, éstas hortalizas son muy agradecidas a la hora de cultivarlas en tu mesa de cultivo. Más allá de sus valores nutricionales, son protagonistas de deliciosos platos gastronómicos (especialmente vegetarianos).
Historia
Perteneciente a la familia de las Quenopodiáceas, las acelgas o (Beta vulgaris var. Cicla) tienen su origen en el Mediterráneo debido a su clima templado. Hay documentos que indican que los griegos en el siglo V a.C. eran consumidores de estas hojas verdes ricas en vitaminas (folatos, beta-caroteno, vitamina C), sales minerales (sodio, calcio, fósforo, potasio, magnesio) y fibra. Sin embargo han sido los árabes quienes a partir de la Edad Media la cultivaron para aprovechar su valor terapéutico y medicinal.
Restando importancia a su mala fama de “sosa”, las acelgas son una buena alternativa a la hora de montar tu huerto en casa.
La siembra
La siembra de la acelga puede realizarse desde semilla o almácigo. Sin embargo normalmente se planta desde semilla directamente al voleo o creando hileras en tu mesa de cultivo. Se recomienda plantar 2 o 3 semillas en un surco no muy profundo y mantener una distancia de 0,35 cm. entre ellas. El tipo de suelo óptimo para su desarrollo es una tierra rica en nutrientes y con un pH cercano al 6,5 (óptimo 7,2). Evitar suelos ácidos y saturados de agua.
Teniendo en cuenta que la acelga necesita una temperatura templada para su desarrollo (mínimo de 6º C – media de 15º – 25º C – máximo de 27º a 33º C) y es susceptible a cambios bruscos de temperatura, se debe sembrar desde principios hasta mediados de la primavera. Sin embargo dependiendo de las fechas de cosecha se recomienda:
Cosecha de verano: Fecha de siembra entre los meses de abril y julio.
Cosecha de invierno: Fecha de siembra entre los meses de octubre y marzo.
El riego
Las acelgas necesitan tierras húmedas para crecer, evitando la saturación de agua. Una vez sembradas las semillas, se recomienda regar diariamente a lo largo de una semana sin abono alguno. Una práctica muy agradecida, es la de rastrillar para remover la tierra unos 2 – 3 cm.
Dependiendo de la estación del año, el riego varía en frecuencia siendo en verano una o dos veces a la semana y en invierno mínimamente (apenas).
Plagas y enfermedades
Las acelgas en sus primeras etapas de crecimiento pueden necesitar trabajo de quitar malas hierbas este tipo de cuidados disminuye a medida de que la planta va creciendo.
A la hora de hablar de plagas y enfermedades, las acelgas son víctimas de:
– los pulgones
– la mosca de la remolacha
– la araña roja
– la mosca minadora
– caracoles
Existen muchos insecticidas caseros y ecológicos, como las cenizas de chimenea que evita que los caracoles afecten a las acelgas. Sin embargo las acelgas son muy resistentes a plagas y enfermedades.
La Poda
La poda de las acelgas se limita a quitar las posibles malas hierbas que aparecen en la base de la planta.
La cosecha
Traspasados los 60-70 días desde su siembra, se puede recolectar las acelgas de hojas tiernas. Existen dos modalidades de recolección de la acelga: la planta entera (peso aproximado de 1 kilo) o arrancando las hojas tiernas de fuera hacia dentro. En caso de que se utilice la técnica de cosechar lentamente las hojas, se recomienda utilizar una herramienta cortante (navaja, tijeras, etc.)
¿Cómo detectar que ya podemos recolectar las acelgas? Cuando las hojas de las acelgas alcanzan los 18 cm. aproximadamente. El tamaño de las hojas indica el momento de cosecha (25 cm.), pero también podemos tener en mente el parámetro tiempo: el primer corte puede realizarse a lo 60-70 días tras la siembra y luego, cada 12-15 días.
Las acelgas, infaltables en tu mesa de cultivo
Las acelgas son hortalizas que no necesitan un extremo cuidado, ya que son aptas para cultivar fácilmente en climas mediterráneos y con mínimos cuidados. Veamos algunos buenos consejos de cultivo:
– Las raíces de las acelgas llegan hasta una profundidad de 90 cm. para poder absorber los nutrientes que necesita, por ello se recomienda nutrir la tierra utilizada si optas por cultivar en macetas y/o mesas de cultivo.
– La cosecha parcial, es decir, ir recolectando hojas paulatinamente, estimula el crecimiento de la planta.
– Utiliza abono rico en nitrógeno para mantener las hojas y pencas sanas.
Y las malas hierbas que se presentan en este cultivo, donde están