Cómo cultivar comino
Comino, cómplice en la cocina
Si quieres aprender a cocinar tienes que asumir riesgos. De nada vale un plato insípido sólo por no atreverse a ir un paso más allá. En ese sentido, el comino te ayudará a animarte: es uno de los condimentos más potentes pero sabrosos que puedas encontrar.
Que mejor entonces que cultivar comino en tu mesa de cultivo, orgánico, natural y fresco. ¡Comencemos ya!
Historia
El nombre científico de esta planta herbácea anual es Cuminum cyminum L. y pertenece a la familia Apiaceae o Umbelíferas. Es un cultivo que puedes tener en cualquier rincón al aire libre pues su tallo crece no más de 80 cm. Similar en aspecto al cultivo de eneldo, tiene una estructura en umbela, es decir parecida a un paraguas invertido.
Noble como pocas hierbas aromáticas, es muy utilizada en la cocina de Oriente, África del Norte y en Andalucía, ideal para combinar con carnes, platos con harinas, arroces, y en guisos y panes. En España el comino es uno de los ingredientes fundamentales de los embutidos, en especial las chacinas de la sierra de Cádiz y otras serranías andaluzas.
La siembra
Debido a su origen mediterráneo, el comino crece bien si está expuesto al sol y en un terreno calizo y arcilloso, fértil y bien drenado, con pH neutro y no demasiado rico en nitrógeno. Sin embargo, se adapta a climas cálidos y templados además de ser resistente a las heladas.
Debes situar tu planta a resguardo del viento y evitando la sombra pues entonces no se desarrollará como debiera. Además, habrá que abonar la tierra con un fertilizante natural pues es un cultivo que requiere de la presencia de azufre.
Una vez que has reunido las condiciones necesarias para su buen crecimiento, hay que sembrar las semillas de comino en el interior durante unos dos meses antes de la última helada. Esparce las semillas sobre el suelo sin prestar atención a la distancia entre ellas y luego cúbrelas con una pulgada de tierra para macetas.
Luego riégalas suavemente para así no arrastrar a las semillas. Mantén la humedad de las semillas hasta que los plantines hayan brotado. Luego, puedes trasplantarlos al exterior, siempre ubicándolos en un lugar soleado y, ahora sí, separadas entre sí por una distancia de entre 7 y 10 cm.
El riego
El comino necesita un riego moderado, nunca abundante pues es importante evitar los encharcamientos y, por ende, la proliferación de hongos. Se recomienda regar cada 30 días en forma periódica.
Plagas y enfermedades
El comino suele ser víctima de hongos y otros enemigos como:
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La Poda
De tanto en tanto habrá que quitar las malezas de la zona de cultivo.
La cosecha
La recolección debe realizarse a finales del verano, antes de que los frutos maduren y caigan de las plantas. Se cortan las umbelas enteras o bien el tallo de la planta por la mañana – puedes utilizar una tijera- para luego secarlas al sol, en un lugar fresco y sin humedad, encima de una tela durante dos o tres días.
El momento de la cosecha es cuando las plantas están tiernas y los frutos no están completamente maduros y comienzan a volverse amarillos.
Cuidados imprescindibles
¿Te has quedado con ganas de saber más? Aquí tienes algunos datos adicionales a la hora de cultivar comino:
– Puedes almacenar las semillas de comino en envases herméticos hasta usarlas.
– El comino es utilizado para alimentar vacas y ovejas además de para estimular el apetito de los caballos.
– Para un secado más eficaz, coloca las cabezas de semillas dentro de una bolsa de papel madera y guárdalas cabeza abajo. Puedes atar los tallos a la bolsa envolviéndolos con un cordel. Las semillas caerán dentro de la bolsa de papel a medida que se sequen.
¿Más razones para cultivar comino? Aquí tienes una: es un gran remedio natural para el aparato digestivo y un estimulante de los órganos sexuales. No puede faltar entonces en tu huerto urbano.